Hoy más que nunca es necesario conocer y diferenciar las distintas infecciones respiratorias (IVR) que pueden afectar la salud. Si bien, las IVR son consideradas como condiciones bastante comunes y recurrentes que afectan de manera transversal a personas de todas las edades, resulta crucial conocerlas en profundidad para tratarlas o, mejor aún, prevenirlas a tiempo, ya que se pueden manifestar desde un resfrío común hasta complicaciones clínicas más graves, como la neumonía; la que incluso puede llevar a la internación o, en los casos peores, al fallecimiento del que la contrae.
¿Cómo afectan las IVR al organismo?
Como adelantamos, las infecciones de las vías respiratorias pueden presentar diversas manifestaciones. Estas normalmente afectan nariz, senos paranasales, faringe, laringe, tráquea, bronquios y pulmones y sus presentaciones clínicas más típicas son la amigdalitis, faringitis, laringitis, rinosinusitis, otitis media o el resfrío común. Los síntomas más comunes que presentan incluyen fiebre, inflamación local y tos.
La mayoría de las IVR afectan las vías respiratorias superiores mencionadas anteriormente, sin embargo, existe la posibilidad que la infección tenga lugar en las vías respiratorias inferiores, dando lugar a condiciones más complejas como la traqueítis, bronquitis/bronquiolitis y neumonía, las que podrían tener consecuencias graves requiriendo la internación del paciente para así evitar un escenario más trágico como la muerte del afectado.
¿Qué causan las infecciones de las vías respiratorias?
Muchas de las infecciones de las vías respiratorias se generan al compartir entornos donde ya hay personas contagiadas por ciertos virus. Los principales virus responsables de las IVR son el sincitial respiratorio, rinovirus o virus de la gripe, los cuales pueden manifestar distintos tipos de afecciones según sea su clase. Por otro lado, existen también las infecciones bacterianas, que con frecuencia siguen al virus. Estas dan lugar a un mayor deterioro de los tejidos respiratorios. De hecho, el 60% de los pacientes que contraen IVR de origen viral, desarrollaron un crecimiento bacteriano cuando sus síntomas duraron más de 10 días, agravando su salud.
¿Cómo prevenirlas?
En el caso de las IVR, siempre será más importante prevenir que tratar, ya que sólo las estrategias preventivas proporcionarán el medio indicado para detener el círculo vicioso de la infección microbiana, la inflamación y la respuesta inmunológica defectuosa.
Principalmente, las medidas preventivas se basan en la mejora de la función inmunológica, las que pueden aumentar una respuesta natural y efectiva del huésped contra los patógenos invasores. Estas pueden ser adquiridas a través de vacunas, como aquellas contra la gripe y polisacáridos neumocócicos. Sin embargo, hay que tener claro que existen cientos de diferentes serotipos virales, por lo que es imposible generar una vacuna para cada patógeno individual, entonces el papel de prevención de las vacunas se vuelve limitado.
Un complemento a las vacunas sería el consumo vía oral de lisados bacterianos que mejoraran la respuesta inmunológica innata y adaptativa del huésped. Estas, a diferencia de las vacunas, no estimulan la inmunidad contra un antígeno específico, sino que generan inmunoestimulantes/inmunomoduladores que aumentan la respuesta inmunológica general, fortaleciendo de manera integral el sistema inmune del cuerpo.