Es posible que para ciertas personas hablar de bacterias contenga varias connotaciones negativas relacionadas con la insalubridad e infecciones. De alguna manera, a primera vista, las bacterias se han convertido en este agente invisible que necesitamos mantener lejos de nosotros para evitar enfermedades o problemas de salud. Sin embargo, estos microscópicos organismos se encuentran mucho más cerca de lo que podríamos observar, dentro de nosotros, siendo una especie invisible que nuestro cuerpo requiere para mantener su buen estado de salud. ¿Quieres saber más sobre las “buenas bacterias”? No te pierdas el artículo de hoy.
Flora intestinal: el lugar de las bacterias en nuestro cuerpo.
Lo primero que debes saber es que tu organismo está colonizado por muchísimas especies bacterianas (más de las que te podrías imaginar) Son estas colonias o conjuntos de bacterias las que forman la llamada flora intestinal, la cual ejerce funciones nutritivas, protectoras e inmunomoduladora que ayudan a tu organismo. La mayor concentración de bacterias se encuentra en los intestinos, albergando miles de millones de ellas. También, es posible observar, que la flora intestinal participa en varios procesos fisiológicos y metabólicos esenciales, como la digestión, el movimiento que tiene el tubo digestivo y la producción de vitaminas
¿Nacemos con flora intestinal?
Es interesante notar que durante la gestación, el feto carece de bacterias. De hecho, la flora intestinal recién comienza a desarrollarse en el canal de parto, cuando el feto entra en contacto con millones de bacterias maternas. Estas comienzan a colonizar su intestino, logrando su composición y diversificación completa aproximadamente a los dos años de vida, principalmente a través de la lactancia materna
¿Cómo actúan las bacterias en nuestro organismo?
De manera general, las bacterias intervienen en el desarrollo del sistema inmunitario y en la regulación de la respuesta a los patógenos. De hecho, se ha evidenciado que la flora intestinal protege al ser humano de enfermedades como el asma, alergias y enteropatías inflamatorias crónicas. Además, ayudan a la digestión, absorción y síntesis de muchos nutrientes, crean una barrera que impide el desarrollo de otros tipos de bacterias que podrían producir infecciones e inhiben el desarrollo de algunos virus y apoyan el correcto funcionamiento del sistema inmune.
¿Cómo mantener una flora intestinal saludable?
La salud que otorga la flora intestinal depende en gran medida de que contenga una cantidad adecuada de colonias bacterianas y guarde un equilibrio entre las especies bacterianas que la conforman. A veces este equilibrio se puede ver roto por distintos factores externos, ya sea: situaciones de estrés, dietas pobres en fibra, ricas en proteínas y grasas, consumo excesivo de café, chocolate o azúcares, hábitos tóxicos: el alcohol, el tabaco, etc.
Por lo que una buena manera de recuperarlos es:
- Aportando microorganismos externos con propiedades beneficiosas: probióticos.
- Aportando sustancias no digeribles que la microbiota del organismo pueda aprovechar para su propio desarrollo: prebióticos.
