El organismo necesita los ácidos grasos Omega-3 para funciones importantes. Sin embargo, el cuerpo no es capaz de fabricarlos por sí mismo, sino que deben ser consumidos.
Una de las maneras de obtener los beneficios de los Omega-3, principalmente del tipo DHA, es a través de fuentes dietéticas marítimas (salmón, trucha, ostras, cangrejos, etc) o directamente aceite de pescado.
El aceite de pescado son suplementos que pueden venir en forma de cápsulas blandas o pastillas, las que ayudan a reducir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, tratar triglicéridos altos, presión arterial alta, prevenir accidentes cerebrovasculares o mejorar síntomas de artritis reumatoide.
¿Cuánto pescado debo comer?
La recomendación hecha por expertos, es que se coma pescado o mariscos al menos dos veces por semana. La preparación debe ser idealmente horneado o asado. Evita comerlo frito. Si lo prefieres, también puedes consumir suplementos de aceite de pescado.
¿Cómo afecta el mercurio a mi cuerpo?
Si bien la presencia de mercurio en los pescados es una realidad que no se puede negar, los estudios señalan que el riesgo de recibir demasiado mercurio es mínimo comparado a sus beneficios para la mayoría de las personas. Las toxinas del pescado sí pueden considerarse dañinas para embarazadas, lactantes o bebés en gestación ya que el mercurio se considera dañino para el desarrollo de su cerebro y el sistema nervioso.
Soy vegetariano o vegano, ¿cómo puedo obtener omega-3?
Entre las opciones de alimentos que no son pescados y que contienen algunos ácidos grasos omega-3 del tipo ácido alfa linolénico, incluyen:
- Semillas de lino y aceite de linaza
- Nueces
- Aceite de canola
- Soja y aceite de soja
- Semillas de chía
- Verduras de hoja verde
- Cereales, pasta, productos lácteos y otros productos alimenticios fortificados con ácidos grasos omega-3.
De todas maneras, la evidencia señala que los beneficios saludables de comer estos alimentos no es tan fuerte como lo es comer pescado o consumir un suplemento alimenticio.