Como vimos en el artículo anterior, el deterioro macular de la visión está asociado al proceso natural del envejecimiento y puede llegar a ser irreversible, por lo que es vital estar al tanto de las condiciones en la que se encuentra tu retina especialmente si ya estás por sobre los 50 años, pero ¿hay una forma real de prevenir esto? Sigue leyendo para saber más.
La degeneración de la mácula de la retina.
Las funciones de la mácula en la retina son importantes para tener una visión clara y completa. Entonces cuando se provoca un deterioro producto de la edad, puede causar problemas para ver de manera correcta. Este deterioro macular se provoca debido a la aparición de drusas en la zona de la mácula, las cuales son depósitos materiales residuales que el cuerpo es incapaz de eliminar por sí solo, provocando que sean almacenados en esa zona de la retina impidiendo ver con claridad.
¿Es progresiva la degeneración macular?
Lamentablemente, sí. En el caso de la degeneración macular seca (la más gradual y lenta en su avance) tiene tres etapas, las que pueden ocurrir en un sólo ojo o ambos.
1. Etapa temprana: Las personas con degeneración macular temprana tienen varias drusas pequeñas o algunas drusas medianas. Sin embargo, en esta etapa, no hay síntomas ni pérdida de visión.
2. Etapa intermedia: Las personas con degeneración macular intermedia tienen muchas drusas de tamaño mediano, o una o más drusas grandes. Algunas personas ven un punto borroso en el centro de su visión. Es común en esta etapa, que sientan que necesitan más luz para leer o para realizar otras tareas diarias.
3. Etapa avanzada. En esta etapa, además de las drusas, las personas con degeneración macular seca avanzada tienen un deterioro de las células sensibles a la luz y del tejido de apoyo en el área central de la retina. Este deterioro puede causar un punto borroso en el centro de su visión. Con el tiempo, el punto borroso puede agrandarse y obscurecerse, opacando más su visión central. En esta etapa, la persona puede tener dificultad para leer o para reconocer a las personas hasta que estén muy cerca.
El diagnóstico temprano es esencial.
Debido a que la etapa temprana no presenta síntomas, muchos pacientes no se dan cuenta que presentan este problema hasta que la visión se ha hecho borrosa o aparecen alteraciones visuales. El oftalmólogo puede detectar la enfermedad en las etapas más iniciales si se realizan una serie de pruebas, por lo que es esencial que a la edad de 50 años, las personas comiencen a realizarse exámenes preventivos periódicamente.
Pruebas para diagnosticar DMAE.
Existen distintos tipos de pruebas para diagnosticar el DMAE, las cuales son hechas por un médico especialista. A través de estos test, se puede determinar el grado de afectación que puede aquejar a una persona con deterioro macular y, por supuesto, su tratamiento. Algunos de las pruebas para diagnostica DMAE son:
•Test de Amsler.
El paciente mira una página cuadriculada para determinar el grado de afectación o metamorfopsia. Este test puede ser entregado al paciente para efectuarlo periódicamente en casa y detectar de forma precoz alteraciones.
•Fondo de ojo.
Exploración minuciosa de la zona macular, para observar el grado de afectación así como determinar si se trata de la forma seca o húmeda.
•Angiografía Fluoresceínica (AGF).
Este test es utilizado generalmente en la DMAE húmeda y nos define la localización, extensión y grado de actividad de la membrana neovascular que se llena de contraste.
•Tomografía de Coherencia Óptica (OCT).
Esta prueba muestra cortes microscópicos virtuales de la mácula y proporciona mucha información al oftalmólogo, tanto en la forma seca como húmeda de DMAE. En caso de ser DMAE húmeda, esta herramienta es indispensable para evaluar la respuesta al tratamiento.